Asumo que puedo spoilear ya que la peli es de los años 80.
Trátase de un ‘rockumental’ sobre una banda de rock británica que afronta el ocasísimo de su carrera, y está rodada en plan docu, si bien deja bien a las claras que es una patraña.
Cuenta con un importante elenco de cameos, y si bien la peli es bastante divertida para el público en general, para los ex-músicos como un servidor es un desove.
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Sí, porqué toca mil y un temas de esos tan recurrentes en la vida de un grupo de rock, y uno se percata de la perennidad y homogeneidad del mundo en que vivimos. Procedo a destacar estos clásicos que se repiten en casi todas la bandas y que tan bien describe la película:
-Las peleas en el estudio, normalmente iniciadas a raíz de la paranoia de los putos guitarristas con sus absurdos solos. Un solista cualquiera podría pasarse 16 años para grabar el sólo de cualquier canción; son por naturaleza tarados insatisfechos y creen que todo el mundo percibe las imperfecciones en sus performances. Hay un especial azote a la figura del guitarra virtuoso cuando van a su ‘habitación de guitarras’ y el tio empieza a describir al realizador varias de ellas, llegándole incluso a prohibir mirar una. Cuan típico es el fetichismo de los cabrones de los guitarristas!
-El batería, ese autista desenchufado mayormente borracho, drogata y obsesionado con el sexo. En la película, además, todos los baterías mueren de forma inexplicable cada pocos meses, lo que contribuye a un descojone máximo. Retrata el film perfectamente el frikismo del batería.
-La lucha de egos entre los virtuosos, recurrente elemento también. Lo que siempre es un acicate al principio termina siempre mal, normalmente gracias a…
-La novia de uno. La que se cree que forma parte de la banda, y empieza a opinar y a ‘producir’ sin que nadie le haya dado vela en este yate. Cabrona, con malícia, prepotente y en general buenota, la novia es el catalizador de todas las tiranteces en una banda.
-El bajista: no tan freak como el batería y a menudo en un rol conciliador entre los gallitos. La peli clava el papel del tio, que normalmente es hombre de paz y sin problemas de ego. Palo de pajar de las bandas sin duda.
-El Manager: trolero, fantasma, incapaz pero enormemente convincente en la distancia corta. Corsarios sin excepción.
-Los bolos: hay escenas desovantes como la de la banda perdida en el backstage de algún estadio intentando salir al escenario, y el excepcional gag de ‘Stonehenge’ donde se lían con el decorado y sacan un dolmen de dos palmos en vez de uno de tres metros. La recurrente escena del ‘roadie’, desenrollandeo cables por el escenario, fallos técnicos durante el concierto, como cuando el bajista se queda atrapado en una jaula, y tantas y tantas histórias de directo a las que nos podríamos remitir.
-Las discusiones de barra entre músicos –y novia- sobre el set-list, el escenario, la indumentaria y tal. Desovante.
-El tema de las promos, las portadas, el marketing, las sesiones de firmas y tal. Bárbaro.
En definitiva: supongo que habré sido el último de todos los lectores de este blog en ver esta peli pero no puedo sinó recomendarla, sobretodo a aquellos músicos o ex-músicos que quieran dibujar una sonrisa y asociarla a su gloriosa juventud.