Mi
santa sale a correr cada mañana por el paseo marítimo, a las 7, puntual como un
minipimer.
Se
trata de un paseo marítimo plenamente peatonal durante ese vector, y alejado de
la via pública unos 50m. El típico paseo marítimo que está imposible de niños,
viejos, ciclistas, skateboarders, parejitas y runners todos los fines de semana
y muchas tardes hasta Noviembre.
A esa
hora de la mañana empero, hay sólo los 4 corredores vocacionales/inestables emocionalmente
y los tres tíos con perro que aún no han perdido el trabajo. Ni el Tata, vamos.
Huelga decir
que ningún vehículo motorizado transita por ahí con una excepción: los Mossos.
Ni la
Policía Local ni la Nacional pero sí los Mossos. A esa hora de la mañana, y lo
sé por experiencia, se dedican a empurar a aquellos que llevan el perro
desatado en una playa desértica a una hora intempestiva. Unos €175 si me falla
la amnesia. Este detalle ya dice mucho sobre la priorización de nuestro amado
cuerpo.
Hoy
sale mi santa, 7:03, tap-tap-tap-tap.
Por una
callejuela (peatonal, claro) perpendicular al paseo entra, como tantas otras
mañanas, el Passat de los Mossos. Se sitúa por delante de mi santa, transitando
a unos 5 Km/h, y obviamente ocupando todo el ancho del paseo (unos 4 metros).
Inmediatamente
resulta desagradable a mi señora -que se está dejando los huevos corriendo- el pernicioso
hedor del Diesel, y ella les hace un aspaviento de que se aparten. A la tercera
la ven por el retrovisor, se apartan, paran, abre la puerta la conductora –bloqueando
así el paso a mi santa- y le inquiere:
-¿Qué
problema tiene?
-Que me
estáis echando el humo en la cara en una avenida peatonal (mi santa tiene un
fuerte acento de fuera)
-Estamos
aquí patrullando, que en el paseo hay mucho crimen.
-Pues
le aseguro que hace 10 años que vengo aquí cada mañana y a esta hora no hay ni
crimen ni gente. En cualquier caso, esta avenida es peatonal.
-Pues
si no le gusta, váyase a su país.
Mi
santa hace un ademán de ‘a la mierda’ y sigue su tránsito, seguida a 4 metros
durante todo el trayecto por la dotación de los Mossos.
Este es
el país que dejamos a nuestros hijos, así es como hemos dejado que se pudra el
cuerpo de los Mossos; poco más a añadir.
Ya sé
que muchos podrán aducir que se trata de un caso de imbecilidad aislado pero
tras 10 años de relación con ellos, lo que me parece aislado son las ocurrencias
de sentido común, humanidad y buen hacer.