Pocas cosas hay peores que un
catalanet.
Su nefastez y carapollismo halla
parangón en muy pocas civilizaciones, todas ellas extintas ya.
Esencialmente son chungos por
cobardes, pactistas, y maquiavélicos.
El catalanet es muy reservado, no
presta atención a nada, pero presta atención a todo. Maquina siempre, le gusta
el calor del grupúsculo, adora la conspiración, y claramente dibuja líneas y ve
todo en blanco y negro. Finge paz espiritual mientras es muy envidioso, y da generalmente
una preponderancia escandalosa al caler.
Luego les encantan los alegatos
liberal-izquierdosos en las sobremesas pero con su pasta, otro galla
canta. Hay un doble discurso bastante molesto, y una endogamia que entiendo
resulte desagradable a los españoles; mucho más desagradable que matar a 900
tios a base de coches-bomba, claro.
No sé si su cobardía les induce al
pactismo o si es el pactismo lo que les acobarda. Si hay una manera oscura de
hacer las cosas, y entre amigos, siempre mejor que la transparente. Gusta mucho
eso de las castas, y a través de los años se ha establecido una élite
financiera mucho más segregada del resto que en Madrid u otros lugares.
Esa élite proviene de gente que jugó
bien en el sXIX y SOBRETODO de pactistas cobardes que se alinearon con Franco. Quien
no supo tocar las teclas con El Pardo lo perdió todo. E hicieron bien, yo
hubiera hecho lo mismo aun a costa de mis principios; no en vano, soy Catalán.
Qué maravilloso que ahora se desvele
que desde la transición hasta hace cuatro días Moncloa UNTÓ a Pujol y entourage
para entibiar el tema nacionalista! Más maravilloso aún que lo consiguieran, y
más aún que hubiera tantos en el ajo que el resto jamás entendimos nada. “Peix
al cove” decía mi admirado Pujol, peix al cove indeed.
¿Cómo puedo criticar a un modesto
activista que llegado al trono no hizo sino adaptar ese motto tan catalán y
socorrido de “primer els de casa”?
No le puedo culpar porqué yo soy tan
miserable como él.
Y no era un viejo loco, no, que a su
rueda lleparon todos los que pudieron, que son legión. Todos ellos, claro está,
ya jugaban a “la puta i la Ramoneta” con el Generalísimo, claro. Esto es lo que
son los catalufos: gente rarita que ha tomado TODAS las malas decisiones
durante siglos y que llegados aquí y traicionados ya por todos, están echando
un puñetazo sobre la mesa.
No sé, necesitamos un poco de
introspección.