(Continúa)
Pude
contrastar en mis propias carnes que la cubierta de un velero no es buen sitio
para recuperarse de las tajas. El sol austral y el vaivén irregular impidieron
cualquier atisbo de renacimiento. Estuvimos todos lidiando con gesto preocupado
con el particular hasta que decidimos desembarcar –ya en Ibiza- para ver si así
sí.
Dios santo, qué error: el mal de tierra hizo acto de presencia, aquel por el cual aun estando en tierra firme el suelo se te mueve tó. Retirada de nuevo al barco pues lo otro era peor aún. A media tarde segunda intentona, esta vez en un putinguito llamado Blue Marlin, regado el intento con mucho mojito y buena voluntad. Tuvieron que acompañarme a cagar pues no podía dar tres pasos seguidos (el tema de cagar en el barco daría para una serie entera de 19 posts pero me abstendré).
Vean al menos la precariedad.
El diámetro de la taza y el vaivén de la astronave comprometen el buen órdem e progresso.
Con la ingesta
la situación fue tomando forma y al final todo terminó revestido de numerosa
opacidad y complejidad procesal. Pero subimos todos a la zodiac, al barco, y
ulteriormente al avión.
Pude no
obstante las dificultades intrínsecas verificar, en Ibiza estrictamente, que el
personal que se junta ahí es para cortársela. En esencia habría –bajo mi
modesto y brochagórdico prisma:
1-Nuevos
ricos: aquellos que no han sido educados en el marco de la frugalidad y la discreción y se
mueren de ganas de demostrar que tocan pela. Gentuza de entre 30 y 60, cocainómanos
todos sin excepción, normalmente acompañados de PRO-AMs.
2-Pringados:
mayormente españoles, italianos e ingleses, que hacen un fuerte esfuerzo
ahorrativo para venir una semanita a Ibiza a darlo todo (envite no-menor habida
cuenta de los precios). Muchos terminan de putas.
3-Los
típicos hippies financiados por el papa, notario de la calle París, que con la
tontería van fumando leños y rascando lo que pueden. Rastas y tattoos. Follan más que el grupo 2 y mucho menos que el 1.
4-Tías
feas: siempre hay. Pocas en Ibiza.
5-Tías
buenas: bastantes, y con la meta de convertirse en PRO-AMs si todo va bien
sacándose un novio del grupo 1. En el peor de los casos revertirán a grupo 5.
5-Putas.
A mares, muchas de ellas esculturales, algunas otras ya jugando sus últimos
partidos. Había incluso un sarao de Playmates en el Blue que nos heló la pota.
Muchas, muy aliñadas para la ocasión, y estimo yo que presentando revenues en
su balance estival de no menos de 200k. Putas de bandera, vamos.
6-Algún
grupito de despistados/descamisados como nosotros, que asumo yo que en su
inmensa mayoría terminaron de putas pues el material que belluga por ahí no se
calza a un mierdas como nosotros ni en coña.
En
resumen: si nunca antes estuve en Ibiza fue por algo, y lo que vi me reafirmó
en mis tesis. Putas y coca, y mucha gente fingiendo pasárselo bien a todas
horas. Deprimente.
Aun
detestando la costa brava, mil veces antes me voy de copas por Begur que por
Ibiza, incluso a igualdad de precios. El rollito Ibiza (el fiestero, claro,
pues entiendo que hay mucha gente que tienen vidas normales en la isla) me da
un poco de grima y pena, siendo la tónica general un trafiqueo de carnaza y polvitos
descorazonador.
Aun
así, meterse en un velero con varios de tus mejores amigos tajados, cagando por
la borda, y durmiendo como locazas tiene su aquél. Cómo echo de menos sus
pedos!