El año,
en el área personal, ha tenido un rating de BBB- o BB+
Mientras
mis queridos parecen gozar de buena salud, los achaques propios de un tío de mi
edad han empezado a encerrarme en el área y estoy achicando balones como el
Leganés.
Primero
una lesión relacionada con el golf severa y mayormente resoluta, y luego otra a
consecuencia del running que me mantiene en Dickens seco.
En lo
laboral, mi desmotivación palpable ha sido grácilmente offseteada con mis
grandes dotes vendehúmicas y mis apocalípticas (y vacuas) afirmaciones en las
reuniones con los directivos; ‘visibility is everything’ que decía Bruce Grobbelaar.
Año de
transición, la típica etapa llana (resuelta al sprint) de siesta y baba, y
habrá que tomar buena nota de la obsolescencia del hardware que trajino como
cuerpo.
En lo
futbolístico, año que empezó mal, a pesar de lo cual ganamos la Figa BBVA, y
que ha ido destiñéndose hasta dejarnos a las puertas de un cisma de cojones.
Mi
desafección para con el Barça tras la marcha de Pep fue agravándose con la
primera marcha de Tito, luego con la penúltima, y ahora con el Corral de la Pacheca
en que se ha convertido elnostruclup.
Pero
supongo que da igual, y que lo importante es la familia.
En el
plano macro, felicitarse por el mundo en que vivimos. Corruptelas, ladrones, ignominia,
y la gente ir votando y haciendo campaña. Mismos perros, mismos collares, la
transición no ha terminado.
Queda
el consuelo del proceso hacia la independencia, dónde vamos a fracasar pero al menos
algo moveremos. No estamos ni más lejos ni más cerca de conseguirlo que en el
año ’77, pero al menos hemos visto, o creo yo haber visto, a un político que
hace o intenta hacer lo que prometió, que ya es mucho más de lo que había visto
antes.
Viniendo
del pragmático-pactismo de Pujol y pasando por el subnormal-eco tripartito de
los bufones, ha llegado la hora del hombre ‘del puñetazo sobre la mesa’.
No
servirá de nada seguramente, antes fumaremos crack en las escuelas que votar la
consulta, y sabe Dios a qué oscuros intereses obedece (o no) Mas, pero el buen
hombre ha mostrado un notorio muslamen de honestidad, y por todo ello le admiro
y es para mí la nota positiva del año.
No sólo
deseo sino que necesito, NECESITAMOS, que el año que viene sea bastante mejor
que este. En casi todo. Los números impares dan grima además.
Feliz
2014.