La oruga qatarí y el capullo del cual sale

Leyendo anoche con atención los comentarios [gracias sinceras] me vinieron a la cabeza un par de cosas, la más prominente de las cuales era la desafección.

Una desafección que en mi caso empezó cuando Rosell ganó las elecciones (a pesar de no avergonzarme reconocer que siempre experimenté notable rechazo hacia Laporta), se agigantó con la marcha de Pep (a pesar de no avergonzarme reconocer que no sólo fui escéptico ante su llegada sino que me pareció una cagada colosal), y se descontroló con el ‘Nadal a tres bandes’ Roura-Tito-Martino.

Antes de ser investidos presidentes, me llegaron de fuentes fiables (y cualquiera que esté medio conectado habrá oído cosas similares) informaciones descorazonadoras sobre gran parte de la junta. ‘Professional lliberal català’, ‘societat civil’ que de civil no tiene nada; en definitiva, los títeres de la ya conocida, casposa, decadente y agonizante elite financiera catalana.

Pero eso ya lo sabíamos cuando fuimos a votar. Seguramente lo más atroz que hayan perpetrado, aun habiendo invitado a marcharse a un tío con cáncer que era más que un lateral por lo mucho que significaba (y significa), fue la maravillosa mutación de la oruga Qatar, primero una fundación (ya me dirán de qué), y luego una maripósica aerolínea; primero una pegata en la camiseta, luego todo el estadio decorado con motivos qatarís.

Esto es insultante, la verdad, una plausible demostración de la ausencia TOTAL de escrúpulos y, sobretodo, de inteligencia. Me da que la mano de Darth Freixa, el más tonto de todos y el que tiene una percepción de sí mismo más alejada de la general, tuvo mucho peso en la absurda e insultante transición.

No entraré en las mil-y-una barrabasadas y tropelías de esta junta regida por capullos, pero sí quisiera hacer la reflexión final alrededor del ‘fet diferencial’ del Barça: LO HEMOS PERDIDO.

Antes, pues mira, éramos de los pocos clubes de fútbol no S.A.D., no llevábamos propaganda en la zamarra, el socio estaba muy implicado en el día a día, teníamos una imagen de club bastante excelente internacionalmente, y éramos una cosa bonita y diferente. No querría caer en el chauvinismo de creer que somos mejores que nadie o representamos valores mejores que los de otro, pero sí que idiosincráticamente teníamos un encanto.

Yo ya no lo veo.

Más allá de las mil razones ya sucintamente enumeradas (por Perearnau por ejemplo) que explican nuestra desafección, hay un sol que nunca se pone: el de los Qataríes. Entregar la imagen del club y el presupuesto de club a esta gente (lo mismo diría con Dubai o Emiratos o sus muelas) es una cagada. Es el contrario PERFECTO a lo que este club es. Vendernos a los moros (me permitirán el uso peyorativo) por un plato de lentejas es algo absolutamente inadmisible.

Si no estamos para ganar UCLs que así sea, si ni LG ni Google ni IBM ni British Airways ni nadie quiere anunciarse en nuestra camiseta vayamos sin publicidad, pero lo que no podemos hacer es vendernos a esa gente. Necesitamos la pasta, yo lo entiendo, pero con esa gente no.

Espero que en las próximas elecciones alguna candidatura fuerte enarbole la supresión total de la basura Qatarí de nuestro club para siempre tan pronto expire el contrato vigente.

A la mierda con ellos.