Se
obstaculiza la iniciativa privada a la vez que, para mantener al populacho
contento, se les empieza a mandar cheques. A los de la almendra, a los parados,
al otro, y al de más allá. La intromisión del Estado en los quehaceres de
mercado no sólo es sonrojante, sino que además ha sido flagrantemente
contraproducente en TODOS sus ámbitos.
En una
sociedad basada en el subsidio, y porqué es naturaleza humana, proliferará el jeta,
que no dudará en reclamar que el rico (que se lo ha ganado trabajando más y
arriesgando mucho más), pague más impuestos y, en definitiva, le mantenga, que
mantenga a “los más desfavorecidos”, que no son ni más ni menos que una mayoría
de holgazanes.
Y de
nuevo, quien intente colar el discurso de que en Extremadura y tal está todo
disecado, que no hay industria y que sin subsidio la gente se moriría de hambre,
demuestra una capacidad de entendimiento insuficiente a pesar de mis esfuerzos.
De Madrid para abajo no hay industria ni trabajo porqué la gente ha crecido con
la boca abierta esperando el cheque en el correo. Como los leones del zoo: los
sueltas ahora y no cazan un antílope en silla de ruedas. Se han mongolizado. El
sistema les ha mongolizado. El socialismo del subsidio mongoliza. Si no hay
incentivo a trabajar, la gente tiende a no trabajar. Masivamente. Si además
castigas el empresario, la gente ni quiere ni puede trabajar.
En el
capítulo 1 de Teoría de la Imposición (y uno de los principios Tributarios) se
establece que el
impuesto debe ser una herramienta para estimular las actitudes beneficiosas y
desincentivar las perjudiciales. Tiene pues sentido grabar duramente
tabaco y alcohol, pero ¿por qué cojones hiper-tasamos gasolina, que es vital
para un fluido devenir de la economía? ¿Por qué existe el IVA que grava la
actividad económica que es la más deseable de las finalidades? ¿Alguien
entiende algo?
Buena
parte de la explicación a todo ello recae en la Administración, con mayúscula.
Con el paso de los años (y regreso a nuestro pueblecito by the river), ‘El Rey’
dará paso a un sistema burocrático ‘necesario’ para coordinar todas esas
‘necesarias’ actuaciones. La financiación de esa ‘necesaria’ maquinaria
administrativa será más y más gravosa, la gente de la calle disfrutará cada vez
de menos renta disponible, el barranco entre ricos y pobres se ensanchará, y la
desafección al legislador/regulador será mayoritaria.
Nos
hallamos pues ante dos cismas inherentes a todo proceso de evolución social: el
del populacho contra el Gobierno por estimar que sus impuestos se gastan mal
(descontrol en las políticas a aplicar), y el de los pobres contra los ricos.
Este es el punto en que se encontraban las economías socialistas europeas al
empezar el nuevo siglo.
En
todas partes pero en España más, se produjo un alarmante viraje hacia la corrupción,
que se explica por motivos genéticos (los mediterráneos somos la basura moral
de Europa).
La
desfachatez en la cual ejecutivo, legislativo y judicial se entremezclaron,
unidos por los tentáculos del conglomerado empresarial, originaron tal volumen
de desfalcos que la desafección ya fue virtualmente absoluta.
Es
importante darse cuenta de que estamos todos sometidos al sistema –que
teóricamente elegimos- por vía de la coacción. Si no nos obligaran a tragar con este sistema,
nadie lo aceptaría. Acojonante, ¿no? ¿A que nunca se habían parado a
pensar en ello?
=>Este es el momento en que un sociata del
caviar con un Q7 i apartamento de primera línea en Begur se siente empujado a
hacer un comentario diciendo que miento, que él sí cree en el sistema y que
contribuye encantado.
Get a life.
El
círculo vicioso se retroalimenta y, amparado en una democracia más o menos de
pandereta sin fin último más alto que la perpetuación/reelección, y para
asegurar el statu quo y evitar una
revuelta popular, el Gobierno claudica a la extorsión y se dedica a mantener a
la mitad de la población; lo que llamamos ‘el
estado del bienestar’.
Entre
eso (la perversión socialista perpetrada por el socialismo), el desvergonzado desvío
de fondos públicos a los bolsillos de las clases dominantes (políticos,
financieros y empresarios) y la ABSOLUTA pérdida de norte en la política de
Gasto Público, se accede a una situación de déficit presupuestario (se gasta
más de lo que se ingresa) irreversible.
Una
porción cada vez más significativa del Gasto Público se destina a amortizar
intereses de intereses de intereses de préstamos cuyo principal es
inamortizable, y el espiral hacia el colapso total es ya inevitable.
Creo
que no les he enseñado nada –ni tengo la autoridad moral ni los conocimientos para hacerlo-
pero espero haberles invitado a reflexionar sobre el mundo en que vivimos.
Gracias por su atención.