He hecho ya numerosos posts he publicado ya diversas
columnas de corte científico sobre el pertinaz y contumaz tema del ciclismo.
El ciclismo no es un ‘tema’: Se trata de un tío montado sobre un
instrumento anacrónico, basado en una mecánica ancestral, llevado ahora al
extremo por tecnologías nivel NASA que no cambian el hecho de que se trata de
una polea con dos ruedas.
El ciclismo en sí no tiene más; lo que lo hace interesante es el tío
que va encima, al que solemos llamar ciclista -pero no siempre, pues los
conductores de vehículos a motor les etiquetan de “puto sucnormal” o “hijo de
la gran puta que te mato aquí mismo”
Hay diversos tipos de ciclista; los agruparemos por categoría macro
según velocidad teórica de la máquina:
- El dominguero o ciclista social. Domingo por la
     mañana Platja de la Mar bella. Si el matrimonio va bien son los dos padres
     con los dos hijos (la niña temerosa y el niño un puto puerco haciendo
     zig-zags y cayéndose). Si el matrimonio anda ya algo erosionado sólo el
     padre con los dos vástagos. Risas y cridòria.
- El que se transporta con ella:
- El moro que vemos por la calle que va de A a
      B. Una Rockrider del Decathlon robada 57 veces, la primera en 2006, que
      pesa 19 kilos, 4 de los cuales son óxido, una cadenaca para atar vacas,
      restos humanos y de farlopa.
- El modernet del Poble Nou que se transporta de
      A a B con una fixie impecable color pastel o con una de esas Brompton plegables
      de homosexual inadaptado.
- El de la mountain bike (BTT en Catalunya, MTB
     en España)
- El recreativo de Domingo bien temprano, sea
      sólo o con amigos, que da por saco todo lo que puede en Collserola, y
      cualquier monte de por ahí.
                                                            
i.     
Tracción animal
                                                          
ii.     
Bici eléctrica. Esos son tremendos, los 3 viejos con
una SCOTT de €7,000 subiendo con la moto y bajando como adolescentes.
- El matao, el que anda con doble suspensión y
      se mete trajines de 80Km con 2,400 de desnivel. Estos empiezan a las 7 “por
      si se alarga la vuelta”
- El de carretera
- El más característico es la grupeta de 14
      viejos charlando animadamente en paralelo dando por culo lo que pueden y
      más. Los de la carretera nacional con los aspavientos cuando les pasas
      finalmente. Normalmente estos son los que son arrollados por un automovilista
      drogado, si bien aun estando sobrio apetece afeitarles el cráneo a todos,
      valientes hijos de furcia. Estos hacen 60Km por el MÁS ABSOLUTO DE LOS
      LLANOS (lo que equivale a caminar 12 minutos), pero se meten un almuerzo
      con Voll-Damms a punta pala que da pavor.
- La grupeta de mataos, más pequeña, de 4 o 12,
      y que van flechaos, ni hablan entre ellos, van entregando wattios,
      sacando relevos, con acoples de tri y sin levantar la mirada más allá de
      la rueda del que les precede. Obsesionados sobremanera por aerodinámica y
      peso de la bici. Están fibrados cómo si vinieran de Auschwitz y les
      cuesta hablar de algo que no sean bicis -o recambios de automoción. Salen
      también entre semana, ojo, que los 300 Km a la semana tienen que caer sí
      o sí. Primer sub-grupo que va depilado
- El subgrupo de carretera que hace triatlones.
      Depilados, sin autoestima, una caricatura en sí mismos. Estos han estado
      haciendo largos a mar abierto con neopreno en Marzo a las 7am, o sea que
      vaya panorama.
¿Qué mueve a un hombre
aparentemente sano y en posesión -por parcial que ella fuere- de sus facultades
mentales a sufrir de esta manera y tan a deshora?
- La imperiosa necesidad de salir de casa i que els
     hi toqui l’airet. Los viejos por motivos obvios, y los jóvenes por huir de
     esa casa de locos con los putos niños dando la reputa brasa. “El ciclismo
     terapéutico”, que salva muchas vidas y más matrimonios.
- La presión grupal. Primero tienes 2 amigos que
     salen, luego 5, y cómo que es esto o quedarte en casa en calzonzillos,
     pues mira.
- Además, en cuanto tienes a dos o tres que van
     en bici, NO SE HABLA DE OTRA COSA en los vermuts. Que si las calas SPD,
     que si el Ultegra Di-2, que si le corto un eslabón a la cadena, que si la
     roldana tiene grasa, que si los frenos hidráulicos me pierden presión, que
     si la última Orbea de grafeno me pisa el freno…. Un tío normal cae en la
     más profunda desazón una vez ACCORALADO por un grupo de amigos ya
     enloquecidos.
- A esto se le suele unir una P&L aseada:
     todos los compis van con una Cannondale de cojones, tú no irás con la
     Ciclos Claramunt de 3 platos, 7 piñones y 17 kilos con frenos de pastilla
     y la dynamo en la rueda delantera. HAY QUE GASTAR, WE LOVE CARBON.
- Los análisis de sangre de la empresa que dan
     triglicéridos, colesterol y clembuterol por las nubes. “Cuidi’s, faci esport”
     dice el médico. Les entra la llorera por temer no ver casarse a su hija.
- La crisis de los 40 en definitiva; una vida
     vacía, esclavizada, repleta de sinsabores. Todo esto, obvio es, quedará
     resuelto agarrando un bici los Domingos.
- Las bicis buenas son bonitas. Y limpias más.
     Hay gente que se pasa más horas limpiándola que montándola, un poco cómo
     hacen los políticos con sus reputaciones. Limpiar una bici es algo
     terapéutico y balsámico.
- El bucle terrorífico de Strava y sus segmentos.
     Quien sea ciclista ya sabrá de qué hablo.
Espero que este breve ensayo
haya ayudado a entender mejor a ese colectivo y, naturalmente, a odiarles aún
más -si posible fuere.
 
