
El punto de partida es óptimo, pero todo se desmonta a raíz de la aparición del típico periodista de medio pelo que tiene un amigo que dice que tal y al final se destapa todo. No sólo el argumento es atronadoramente ‘sketchy’, sino que las interpretaciones son pobrísimas. Ninguno de los 3 astronautas tiene la menor credibilidad ni logra el director imprimirles personalidad alguna; parece eso ‘Els Pastorets’ de los Salesianos. Volviendo al guión, resulta realmente atroz la cadena de eventos y triangulaciones que llevan al periodista a descubrir el pastel, reduciendo la credibilidad de la película –como entretenimiento si más no- a cero.
Tan malo es el fluir de la historia que al terminar de visionarla pensé ‘seguro que está basada en un libraco de 800 páginas y el director se ha liado’. Pero no. El director, ni más ni menos que Peter Hyams, la escribió y la dirigió. Hay que ser inepto. Pésimo film.