lunes, 30 de mayo de 2011

Adrenalina, feromonas o testosterona

He visto con mis propios ojos como amigos diametralmente tajados, tras ser parados por la Guardia Civil, resurgían de sus cenizas y por puro pánico daban tasas mucho menores de las reales –no necesariamente inferiores al límite, pero sí suficientes como para poder dormir en casa.

El sábado (¿al parecer en castellano los días de la semana van en minúscula según Herr Korrectör de Outlook?), atenazado por los ‘Mil Demonios de la Grand Cagalera’, ya me personé en casa del huéspede a las seis y nada, y a partir de ahí entre a ejecutar el protocolo de emergencia sin desviaciones: camiseta del centenario (la que uso en situaciones desesperadas) y coserme a cacharros para aliviar tensiones.

No me acordé de poner en marcha el GPS pero seguro que no hice menos de 10Km en viajes a la mesa donde teníamos el botellam y el hielo. Calculo que me incrusté entre 10 y 12 redbulls con Chiva’s primero y Batallines después, precedidos por dos o cuatro Estrellas, creo (*). En definitiva, que entre los 5 que atizábamos el whisky nos fundimos dos botellas enteritas, y nadie sabe exactamente cómo se dividieron entre los asistentes las 24 latas de cerveza que desaparecieron con ulterioridad. Tasas que, siendo conservadores, duplican el tope legal.

Pues supongo que por puro miedo y la consiguiente subida de adrenalina, feromonas o testosterona, iba yo como para hacer la selectividad. Lúcido, vertical, preciso, omnipotente. Es acojonante esto de la química del cerebro y tal, ¿eh? pero si pudieran poner el liquido este que emano cuando estoy acojonado en botellines la gente podría chupar sin tajarse, ¿no? Si conocéis algún doctor, copiad y pegar este –notable- post y mandádselo a ver si existe explicación.

Algo debió afectar todo este tema mi juicio, jaueber, pues nos montamos los 6 en mi coche (no habiendo podido sacar la sillita del churumbele por mas INRI además) en formato de el más tonto al maletero y el más delgado en el regazo del más cabrito, y lejos de dejarnos llevar por el fragor del momento azulgrana pusimos rumbo al Luzde donde rematamos la fiesta con mucha más pena que gloria.

(*) Imbéciles de marketing de Estrella Damn: los spots reiterativos sobre perroflautas del caviar que cogen los €15,000 que les ha dado el papa (consejero delegado de CatalunyaCaixa) y se van a Ibiza solos a pulírselos en coca y copas, y que conocen a arpías que huelen la pasta y el pijerío a la legua y se hacen las remolonas con él para hacerse con la fortuna del padre (y cepillárselo también si menester fuere) ya no tienen gracia. Ítem más, ver a un imbécil acompañado de tres vírgenes que le ríen todas las gracias mientras se pone el sol con una batucada de farloperos de fondo lo único que hace es deprimir al espectador, que pasará dos semanas de agosto en un apartamento con vistas a un descampado en Premiá con la suegra y sus hijos obesos, uno de nombre ‘Jonathan’.

Aconsejo en el futuro hacer spots donde salga un junkie babeando bajo un puente que, en su estertor final, se arrastra en el lodo y alarga la mano para hacerse con una lata de Estrella deshechada por alguien hace días y casi vacía para mojarse los labios one last time. Anuncios así sí nos harian sentir mejor.
Gracias, escoria.

jueves, 26 de mayo de 2011

While I understand yor perspective...

Una respuesta a un email que empieze con “While I understand yor perspective...” implica que ni la entiende, ni la respeta, ni mucho menos la comparte y que esto es la guerra.
Pero me gusta guardar las formas y me parece una fórmula aceptable.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Efeméride

Hoy se cumplen exactamente 25 años de la primera muerte por hedor de la cagada del compañero de piso o ‘roomate’ de la historia.
Fue en efecto el 25 de Mayo de 1986 cuando Charles Martinelli, estudiante de la University of Janis en Missouri, que convivía con 3 colombianos, el españolito, un americano de Nebraska, un inglés y una alemana, obró de materilidad en el lavabo.

En efecto, Martinelli, natural de Alabama, era de sobra conocido tanto por la decibelidad de sus cuescos como por la virulencia Geiger de los mismos, y bien familiarizados estaban sus compañeros de piso con las precauciones que debían de ser tomadas sin excepciones. Se trataba de una casa de estudiantes en las afueras, cochambrosa, ruidosa, sucísima y lamentable, el típico ‘rathole’ para inmigrantes dónde siempre va a espetegar uno o dos americanos desarraigados y/o inadaptados.

Desprevenido y confuso tras un día espeso, Michael Powell -el inglés- procedió a echar un meo a eso de las 17:40 –según el informe del JPD-. Tan sólo ingresar feneció; en el acto según el informe forense. La investigación pericial fue concluyente: muerte por intoxicación de neón, uranio, fabada y gas mortal en general. Según testigos presenciales, el inane cuerpo del británico presentaba canas (de las cuales carecía a las cinco y media de la tarde), carbonización de cejas y palidez tipp-éxica.

Martinelli fue imputado por imprudencia temeraria (al parecer no abrió la ventanita del lavabo tras alumbrar muerte) y condenado a 3 meses de trabajos sociales, condena que cumplió escrupulosamente. Hoy trabaja de ingeniero nuclear en Arkansas con su mujer Melanie y dos hijas.
Descanse en paz Powell.

martes, 24 de mayo de 2011

¿Por qué? - Dedicated to Antoni Bassas

Parece claro que la longitud del cable de los auriculares -esos chungos de botón- afecta directamente sobre both probabilidad y complejidad del lio de cables que indefectiblemente arriba, normalmente en el peor momento. Me pregunto de todos modos si se ha logrado trazar una dependencia empírica, y si el Cristo crece linealmente con la longitud o si la relación es exponencial. Me temo lo segundo.

Similarmente, algún día alguien nos explicará porqué los champús caros dejan el pelo como si regresáramos de descubrir América. Cuanto más Kerastase Ultra-chuminada con clembuterol Omega 11 más seguro es que llegarás a la oficina que parece que vengas tajado de empalmada con ese pelo apelmazado que parece la cabellera de un clic de Famóbil. Inexplicable.

Y eso sin entrar en porqué el Numpad del PC o las calculadoras va con la secuencia numeral de abajo a arriba y los teléfonos van normal de arriba abajo.

Digo que espero que todo esto se aclare pronto.

lunes, 23 de mayo de 2011

viernes, 20 de mayo de 2011

Espanish rebolution (*)

Las motivaciones que originan una sentada-acampada como la presente son variopintas, y mientras oficialmente se trata de una protesta contra los políticos, el sistema, el desempleo y el mundo en general, a la práctica se trata de unos cachondos haciendo el indio seguidos por millares de ociosos que estiman que con la confusión y tal rozarán varias tetas mientras transitan entre la muchedumbre y si suena el oboé quizá alcancen cópula (ya se sabe que lo primero que entra en las aglomeraciones es alcohol, y con el calor y tal va rulando la bota y a las seis de la tarde pocos retienen papel alguno).
Frase larga y buena, ¿eh? Como las de antes.

Pues nada, que ojito con el tema, viven Mubarak y los Romanov. Los grandes partidos se deciden por detalles, y si se levantan veinte descontrolados acompañados por una tía buena sin sujetador, la masa puede esvalotarse, enfilar Moncloa, y a la media tarde tenemos a dos padres y dos murciélagos crucificados en Cibeles y llamamos a esto República Africana de España. No sería la primera vez que amanece despejado y se lía un Cristo jacobino que no queda ni Ceaucescu, nutrida es la historia en episodios de este pelaje.

Conclusión: que bien harían en Moncloa y Zarzuela en tener un helicóptero preparado que si la juventud empieza a mamar y a aburrirse quizá les dé por ahí y el próximo presidente de la república se llame Juanjo Oruña y vaya en shorts y sandalias. Que lo veo bien, ojo, a tolerante no me gana nadie, pero preveo que caso de materializarse esta hipótesis podemos esperar una paulatina desaparición de la prohibición de fumar amén de tiempos convulsos y erráticos en lo que a política fiscal y monetaria se refiere.

Which is good. Vamos allá, chicos!

(*) ¿Hasta cuando seguiremos los españoles siendo incapaces de pronunciar una palabra inglesa que comienza con ‘s’ sin poner una ‘e’ delante? ‘Special’ se pronuncia ‘speshal’, no ‘espeshal’. Y ¿hasta cuándo seguiremos incapaces de diferenciar y hábilmente utilizar el sonido ‘v’ en vez de usar siempre ‘b’? en inglés suenan diametralmente diferente. Gracias.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Descorazonador

Como estadista y estadístico reputado, amigo de mis amigos y enemigo de mis enemigos, detecto un incremento de la concentración de retrasados mentales. Mi pool de observación es la carretera, que en buenafé debería de ser una buena vara de medir, digo yo. Habría pasado del 65% a un 80% de retrasados mentales fácil, cosa que me inquieta pues desafía, nuevamente, las tesis de Darwin.

Uséase: Asumamos que en la sociedad hay 100 sujetos. Con pleno empleo (paro de 0% para simplificar) hay 65 retrasados mentales (y 35 aptos, digamos). Ahora bien: si tras despedir al 20% (20) el ratio de imbéciles asciende al 80%, el 80% de 80 es 64, pulutant quedan trabajando 16 de los 35 aptos, lo que quiere decir que de los 20 despedidos 19 eran capaces y sólo 1 retrasado.

¿Cómo se explica que cuando sube el desempleo primero despidan a los dotados mentalmente? Supongo que deben de ser más caros o por puro nepotismo se echa primero a los no-familiares. En cualquier caso, si se confirman los hallazgos de mi investigación, el despojo progresivo de tejido apto a favor del inepto, no hará más que agudizar esta, nuestra crisis.

jueves, 12 de mayo de 2011

BOTI-BOTI-BOTI carterista el qui no boti!

Otra noche en Canaletes, siempre un placer. Se trata de una tradición rayando en la superstición que ojalá nunca se extinga. Es nuestra manera de dar las gracias a cuerpo técnico y jugadores por 10 meses durísimos. Nunca faltamos, nunca faltaremos, es siempre un gozo tener qué celebrar (se incluye la Copa), y nos gusta mucho bajar aunque dé pereza. Muchos jóvenes, muchos abueletes, muchos padres con sus hijos de 8 años a hombros, muy bonito.

Nosotros bajamos con una bolsa de latas, nos metemos 2 minutos en el meollo y luego nos apartamos lo suficiente para poder charlar, mamar y mirar cómo está el tema (cómo suben estas chavalitas!).

Un tema que ME ENERVA es el de LA BASURA que al día siguiente luce la camiseta del Barça. Hoy eran sinfín –habréis visto a alguno seguro- los que orgullosos la lucían, y siempre es el caso tras ganar algo. Yo digo que son ESCORIA. La camiseta hay que ponérsela el día antes para mostrar gallarda e incondicional adhesión, no el día después a toro pasado y con el partido ganado. Personalmente di la mano a dos tíos que la llevaban en el trabajo el mismo día de la vuelta en el Bernabéu (uséase ANTES del partido), y hoy me he enganchado con uno que la llevaba (DESPUÉS del partido).

Si no te la vas a poner antes no te la pongas después, PUTO ESCORIAS.
Y felicidades a todos –los que no llevéis camiseta del Barça hoy, claro.

jueves, 5 de mayo de 2011

Y todo esto en un flash

Esta mañana saliendo de la ducha y ante el espejo, no sé qué postura adquirí que me vino a la cabeza esta foto:

En efecto, mi tránsito de niño nervioso a chaval vigoroso a fibrado atleta de élite a incipientemente michelínico veinteañero a fondón individuo a obeso señor y en última instancia tonélico hombre de avanzada edad ha pasado como un suspiro. A veces veo fotos mías con 20 años y realmente estaba hecho un pincel. Ahora gracias doy de poder entrar y salir del coche por propio pie, y en nada ya me tendrán que ayudar a levantarme cuando me ate el cordón de un zapato. Y todo esto en un flash.

Si mi palpabilísimo deterioro mantiene una progresión lineal (si bien la lógica cautela debería hacerme forecastear una progresión exponencial) en 10 años iré en silla de ruedas.

Que no es mal plan visto lo visto, la verdad.

Lo dicho: a tomar por culo y a por ella en Wembley.

miércoles, 4 de mayo de 2011

El trampolín

Últimamente llueve mucho cuando jugamos contra el Madrid. Creo que en 3 de los últimos 4 enfrentamientos, estadísticamente asombroso. Ayer, entre 2100 y 2300, el radar de lluvias mostraba una Catalunya totalmente despejada y una severa célula sobre Barcelona que me dejó calado hasta la próstata, enfermo, afónico y baldado.

Otro problema que cada vez es más acusado es la ausencia de señal telefónica. Cierto es que la acumulación de teléfonos excede la cobertura potencial de las torres GSM en días de partido, pero yo creo que con los planes de datos y tal, el atasco resulta más alarmante que antes, hasta el punto que a 200 metros del estadio fui incapaz de comunicarme de ninguna manera con una serie de personas hora y media antes del kick-off. Al final el destino nos unió, pero la gripada que antes sólo sucedía al descanso ahora sucede ya de 20:00 a 23:00.

Recuerdo bien ese día de St. Jordi del 2002 cuando, en hábilmente planificada maniobra, fingí enfermar en la oficina y aseguré a mi jefa que era imperioso ir a casa a covar la gripe en pax. El partido me caía a la hora de comer por temas húsicos, y ahí nos juntamos los 3 catalanets a ver el partido por ESPN2. La patacada –nada inesperada para ser sinceros- fue considerable, y durante varias semanas arrastré ese dolor, que siempre es más jodido en la lejanía.

Ayer -caprichoso el destino- y por idéntico resultado que en 2002 en ambas mangas, me pude sacar esa espina. Se trata de un día que recuerdo como muy doloroso (en América cuando el partido sale mal aun te quedan 10 horas de día, no como aquí que te metes en cama y mañana será otro día), y ayer pudimos exorcizar ese necrológico episodio. Para mí fue importante, siendo ese elemento sólo uno de los diecisiete factores por los que era vital ganar ayer.

Enhorabuena, y no olvidemos que el satánico no era más que un trampolín al que había que pisar con fuerza para impulsarse bien alto para la final de Wembley; no era un fin, tan sólo un paso intermedio, un checkpoint, no la meta.
Vayamos a Londres y traigámosla de nuevo, for she belongs to us.

La verdadera historia de la rivalidad Barça-Madrid

Seré conciso. H ay cientos de libros que cuentan esto en 400 páginas. Yo lo he hecho en dos, o sea que las gracias me tendríais que dar, ing...