viernes, 20 de diciembre de 2013

CEREMONIA Y DISCURSO DE CLAUSURA AÑO FISCAL 2013

El año, en el área personal, ha tenido un rating de BBB- o BB+
Mientras mis queridos parecen gozar de buena salud, los achaques propios de un tío de mi edad han empezado a encerrarme en el área y estoy achicando balones como el Leganés.
Primero una lesión relacionada con el golf severa y mayormente resoluta, y luego otra a consecuencia del running que me mantiene en Dickens seco.
En lo laboral, mi desmotivación palpable ha sido grácilmente offseteada con mis grandes dotes vendehúmicas y mis apocalípticas (y vacuas) afirmaciones en las reuniones con los directivos; ‘visibility is everything’ que decía Bruce Grobbelaar.
Año de transición, la típica etapa llana (resuelta al sprint) de siesta y baba, y habrá que tomar buena nota de la obsolescencia del hardware que trajino como cuerpo.

En lo futbolístico, año que empezó mal, a pesar de lo cual ganamos la Figa BBVA, y que ha ido destiñéndose hasta dejarnos a las puertas de un cisma de cojones.
Mi desafección para con el Barça tras la marcha de Pep fue agravándose con la primera marcha de Tito, luego con la penúltima, y ahora con el Corral de la Pacheca en que se ha convertido elnostruclup.
Pero supongo que da igual, y que lo importante es la familia.

En el plano macro, felicitarse por el mundo en que vivimos. Corruptelas, ladrones, ignominia, y la gente ir votando y haciendo campaña. Mismos perros, mismos collares, la transición no ha terminado.
Queda el consuelo del proceso hacia la independencia, dónde vamos a fracasar pero al menos algo moveremos. No estamos ni más lejos ni más cerca de conseguirlo que en el año ’77, pero al menos hemos visto, o creo yo haber visto, a un político que hace o intenta hacer lo que prometió, que ya es mucho más de lo que había visto antes.

Viniendo del pragmático-pactismo de Pujol y pasando por el subnormal-eco tripartito de los bufones, ha llegado la hora del hombre ‘del puñetazo sobre la mesa’.
No servirá de nada seguramente, antes fumaremos crack en las escuelas que votar la consulta, y sabe Dios a qué oscuros intereses obedece (o no) Mas, pero el buen hombre ha mostrado un notorio muslamen de honestidad, y por todo ello le admiro y es para mí la nota positiva del año.

No sólo deseo sino que necesito, NECESITAMOS, que el año que viene sea bastante mejor que este. En casi todo. Los números impares dan grima además.

Feliz 2014.

martes, 10 de diciembre de 2013

A los 10 días tenía una montonera de bragas

Nada ilustra mejor el mítico dicho ‘pan para hoy y hambre para mañana’ que el irresoluble bucle en el que me hallo atrapado con los calcetines.
Negros: trabajo con unas 6 referencias: Puma con y sin pantera, Nike con y sin letritas, unos varios Fila o asín, y otros tantos marca blanca (negra); en total unos 20 pares.
Más allá del logo en la zona del esguince de ligamentos, presentan texturas, grosores e idiosincrasias variables.

Mi mujer, que está a un paso de dejarme (o peor aún, echarme de casa) declaró una huelga de celo unilateral en virtud de la cual dejaba de doblar y/o/u ordenar mi ropa en el mísero y aislado mueble ropero en otra habitación que me fue en su día asignado (los dos armarios de nuestro dormitorio están colonizados por la Genghis Khan de los estantes y las perchas).
Bien.

A los 10 días tenía una montonera de bragas, ropa y calcetines sobre el sofá-cama de la habitación antes referida. Siete de la mañana, un frío que te la pelas, oscuro fuera y mal iluminado dentro, no vi otra que coger dos parecidos y calzármelos. Al día siguiente lo mismo. Al tercero ya vi el cariz que estaba adquiriendo el tema, y al cuarto ya vi que el asunto se había descontrolado. Al parecer hizo otra colada (sé dónde está la lavadora por el ruido pero nunca la he visto en vivo), recicló unidades de stock, se agudizó el mismatch, y llevo ya dos o tres semanas caminando con calcetines distintos. Para mi desgracia, y las mujeres sabrán que hay muchos tonos de negro, lo que en casa parece un apareamiento razonable, a la luz del día lo es menos.

Ahora, claro está, no veo como deshacer el bucle. Las parejas de hecho están divididas, unas unidades en el cubo de la ropa sucia (Palomino Bowl) y otras varias en mi cajón.

Ya sé que no es un problemazo que abra noticiarios pero que un tío haga un post de 1,867 caracteres partiendo de tan poco tiene cierto mérito.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Nadie parece retirarlo

A través de este blog y desde principios de siglo venimos denunciando atropellos, irregularidades, imbecilidades y anomalías.
La de hoy me parece particularmente perturbadora, y su título ya lo dice todo:
‘El botón de abrir SOLAMENTE el maletero en los mandos a distancia de los coches’.


Ahi yace silencioso, pálido, olvidado, paciente. El convidado de piedra del sector de la automoción.

Entiendo que, años ha, cuando el primer tío se inventó los mandos a distancia, pensó que ese botón podría tener utilidad. Y pudo haberla tenido.
Pero no la tuvo.
Llevo unos dos meses investigando el asunto y nadie, repito nadie, recuerda haberlo usado nunca.
Siempre que encuentro un llavero, comiendo con gente y tal, agarro el mando para confirmar que, como vive Dios, ese botón no ha sufrido desgaste alguno ni decoloración. Jamás usado.
Miren el suyo propio.

Estas cosas pasan. La televisión 3D parecía tiro seguro y no lo fue, ni los robots limpiadores esos, ni el disco ese tocho de SONY, ni la absurda suspensión variable de los Citroën de los 80. En todos estos casos los fabricantes supieron dar un paso atrás y abandonar la idea (*). No así en el caso del botón mierdas del maletero: casi todos (si no todos) los fabricantes lo incluyen, ningún usuario lo usa, y nadie parece retirarlo del control remoto. Quieras que no meter 3 botones en vez de dos debe tener un coste, y a medio millón largo de unidades producidas al año, seguro que algo ahorrarás.

En definitiva, un paranormal caso del mercado inadaptándose a sus propias necesidades.
Les mantendré informados sobre la evolución del tema.


(*) Esta frase es mentira

jueves, 5 de diciembre de 2013

Cuando dos y dos suman cuatro

Se mete Gerardo Martino en el vestuario.
Con cero credenciales, que si Paraguay, que si Newell’s o no sé qué mierdas.
Delante suyo seis tíos con un Mundial y dos Eurocopas, no-sé-cuantas Ligas, y dos o tres Copas de Europa. Mirándole.
Se dice que está ahí por Messi, que su entorno dieron el visto bueno.

Último año de Guardiola: Messi mete… setenta-y-pico goles?
Año de Tito-Roura: Messi mete como… sesenta-y-pico goles?
No hay peor indicador de rendimiento de un equipo que una atomización de goles tan obscena.
Esta año: con Messi todo ganado, sin Messi todo perdido.

El equipo perdió hambre tras Wembley y se apoyó en Messi, que nos dio 40 puntos él solo dos años seguidos.
El resto dimitieron y pusieron el fardo de la responsabilidad colectiva sobre las espaldas de Messi.
Sin Messi, poco queda.

Y Martino, ¿qué va a revertir?
En su puta vida pisó Europa, de entrenador sabe lo justo, le pagan un pastizal, el presi le dejó muy claro que la Junta sabe más que nadie, y el pobre hombre lo único que debe pretender es que no le quemen el coche ni le calcen una leche por la calle, y salir de esta cornada medio bien para poder pegar el salto a un Málaga o un Racing, equipos más acorde con sus capacidades.


A veces en fútbol 2 y 2 sí suman 4.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Diner llençat

Más seguro que si sueltas una manzana caerá al suelo, es el hecho que si te das de baja de algo lo vas a necesitar.
Ni los principios de Newton son más fieros que los de Murphy; es por ello que somos todos reticentes a rebajar coberturas de seguros, más explícitamente aun, dar el traumático paso -conforme el coche se obsoletea- de pasar de todo riesgo a terceros.

Todos sabemos qué va a ocurrir en cuanto lo hagamos; es por ello que seguimos a todo riesgo contra viento y marea. ‘Diner llençat’ nos decimos, pero no hay arrestos de rebajar a terceros.
Cómo soy listo un rato, lo sé, y me lo creo, procedí el pasado Septiembre a dar el gran paso, a luchar contra los elementos, a demostrar que Murphy es un fraude, y que Dios todopoderoso y Eterno trata bien a la gente de bien.
No han pasado dos meses y el coche yace ahora chafado.


Corolario: sucede, vive Dios si sucede. Que lo sepan. MURPHY LIVES.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Los clarividentes

Podríamos recurrir a comparaciones grandilocuentes, remitirnos a los faraones, o apelar a los jardines colgantes de Badalona.
En cualquier caso, como dicen en mi psiquiátrico, ‘no hay más chinches que la manta llena’ en Can Barça.

Vamos líderes con récord de puntos –varios de ellos de sutura- y de putos. Puto Alexis, puto Xavi, puto Piqué, incluso puto Iniesta. Estamos encabronados con los jugadores y con el mundo a pesar de presentar los mejores números desde Magallanes.

Un espectador imparcial podría hablar de esquizofrenia entre el seguidor culé, pero quizá lo que tengamos es un remarcable, superlativo y testeado infaliblemente a lo largo de los decenios, don premonitorio. Cuando denunciamos que el equipo juega como un oso panda sordomudo, quizá no sea una denuncia estética de niños malcriados sino una profecía sibilinamente camuflada de que nos vamos a tomar por culo. Y de eso sabemos un rato.

La divergencia entre juego y resultados no es nueva. Ya con Van Gaal se hablaba del tema; ganamos dos Ligas para luego perderlo casi todo. Tras París y la Supercopa de Europa donde el Sevilla nos metió 3, llegamos a primavera líderes pero ya había preocupaciones sobre el juego. Se avecinaba año y medio de horror. En el último año de Pëp se empezaron a levantar cejas, que se solidificaron ahí arriba tras las infaustas navidades de Tito, y ahora, llevamos casi un año sin jugar a nada.

Ganando pero sin jugar a nada. A mí no me preocupa excesivamente no jugar bien. Sé reconocer los méritos del juego a la contra, del desempeño viril, o del juego acromático-pragmático si reúnen los atributos de predictibilidad y adhesión ejecutiva a un plan teórico. Pero me parece que lo de ahora es otra cosa.

Me parece que podría ser la antesala de un cataclismo de severidad severa. En Liga sólo hay 3 equipos y todos son una mierda, ya lo sé, pero hay 2 equipos probablemente mejores ahí fuera. Y en Europa, ¿qué podemos añadir? Hay posiblemente 12 equipos que nos pondrían en serios aprietos, 6 de los cuales probablemente nos ganarían al menos 6 partidos de 10.

No culpo a Martino. No ha hecho nada meritorio ciertamente, poco ha corregido en los descansos o en ningún sitio, pero él vino sin credenciales y asumo que se irá con las mismas credenciales con las que llegó. Nosotros, por nuestra parte, seguimos tocando el violín mientras lentamente derivamos hacia la irrelevancia. Necesitaríamos un golpe de timón que se me antoja implausible.


No vale la pena hablar de Martino, mucho menos aun de la directiva, y los jugadores ya se retratan en cada partido. En definitiva, no tenemos mimbres, olvidémonos del cesto. Lo siento, chicas.

jueves, 21 de noviembre de 2013

El que debutó con una langosta

A todo esto, y merece la pena pensar en estas cosas, en su día, tiempo ha, hubo un tío que fue el primero en zamparse una langosta.
Claro, ahora una langosta es un ítem de lujo, ‘me encanta el marisco y tal’, pero hubo un momento, hace siglos, cuando la gente cazaba mamuts y recolectaba tomates, hortalizas y tal, en que un tío sacó una langosta del agua por medios que desconozco, y se la zampó.
Hay que echarle valor, hay que echarle valor.

Aquellos a quienes os gusta el marisco habéis perdido la nítida percepción que yo aún retengo. Las langostas, gambas, percebes, y demás mierdas subacuáticas no son más que insectos de mar, atroces artilugios articulados artísticamente por años de escasísima evolución, con ojos saltones, antenas, articulaciones raras y caparazones que, repito, son como un saltamontes o un grillo pero submarinos.
Los aéreos os dan repulsión pero los acuáticos son la hostia. Relevante.

Aun así, en el año 1,428, milenio arriba o abajo, un tío aburrido sacó una atroz langosta del agua, y lejos de huir despavorido, la miró directamente a las bolas de los ojos, la molió a palos y se la zampó. Luego, y en un despliegue de persuasión sin parangón, convenció al parecer a algún otro –desequilibrado mental- para probarla, y así poco a poco, siglo a siglo, la devoración de insectos submarinos se convirtió en una actividad Premium.


Mi merecido homenaje al pobre tarao que debutó con una langosta. Hats off.

lunes, 18 de noviembre de 2013

El fin de Messi

Tengo una adoración para con Messi, juegue bien o mal, marque o no, sude o no, que trasciende el amor de padre.
Me estremezco sólo con pensar en olerle, acariciarle, besarle...

Es por ello que me partiria el corazón verle terminar como Di Stefano, Cruyff, Pelé o Maradona, haciendo el ridículo, cada uno a su manera, ensuciando su otrora glorioso nombre entre saraos, declas y bambalinas burocráticas.

Es por ello que la manera como me gustaría que finalizara su carrera Messi, a los 38 años y de vuelta de todo, es colgado de un ventilador en los prolegómenos de una gala FIFA, o seco en un hotel de carretera de Wisconsin con una sobredosis de heroina.

Los grandes como Kobain, Pantani, Bon Scott y tantos otros saben que sin un buen final la película cuaja menos. Cuando te llegue el día, estimado Lionel, no dudes un instante en hacerlo.
Hagámoslo juntos.



miércoles, 6 de noviembre de 2013

Conversión y renacimiento

Soy un hombre en extremo religioso, y muy dado a buscar, interpretar y obrar en función de ‘señales’ del Altísimo ™ que creo haber percibido.

Exactamente 7 meses y 3 días después, me plantaba en el tee del uno.
Ningun miembro de la plétora de médicos y fisios consultados fue capaz de ayudarme de manera fehaciente, y el último, la semana pasada, en un arrojo cruyffista, me dijo: “General, sal y disfruta”.
“Si te rompes te rompes, y ya tenemos algo más claro en lo que trabajar. Y si no, pues ya habrás jugado”.
Irreprochable razonamiento.

La noche antes, no me avergüenza decirlo, dormí mal, y a lo largo del día de ayer anduve tenso. Creo que psicosomáticamente me dolía el brazo bastante más de lo normal.
Cuando metí la bolsa de palos en el coche me di cuenta de que estaba polvorienta. Aun llevaba bolas, scorecards y memorabilia de St. Andrews. Los palos estaban todos.

Jugaron mis compañeros el primer golpe, me dispuse, la di, y así terminó:


Cómo decía al principio, no pude sino interpretar esto cómo una señal de que ‘Jesus Loves me’.

Creo que ya despojado de mis pecados y reconciliado con el Todopoderoso ©, mi regreso al golf significa el nacimiento de una era de purificación y resurrección.
O cuando menos, de hacer algo que me gusta con gente que me gusta, que no es poco, más a nuestra edad.

Si el dolor –nada incipiente hoy- me sabe tratar con justicia, ayer fue el primer día del resto de mi vida, una vida en que, tras 41 tacos, abandonare la zurdez y me convertiré en uno de los primeros diestros conversos, probablemente el primero en la península tras la muerte de Franco.

martes, 29 de octubre de 2013

El Malalechograma de Fórceps y variables distorsionantes (y I)

Si algo soy es observador. No me fijaré en lo relevante, no siempre tendrá sentido para los demás aquello en lo que me fijo, pero soy un ávido observador de lo implausible.
Miro, hago un esfuerzo tan abnegado como absurdo para detectar patrones, los valido, y normalmente me lo apunto y voy haciendo seguimiento de cosas. Todas ellas de nulo interés.
Hasta que, por ejemplo, comento ayer en twitter la estrechísima correlación que he detectado entre humedad relativa (o absoluta) y mal humor generalizado y la gente me inunda a preguntas –hasta tal punto que tuve que interrumpir mis vacaciones.

Tengo validada una variable maestra que se repite con temporalidad: es lo que llamo el Malalechograma de Fórceps, y que traza la siguiente función:



Si alguien discrepa, erra.
Distorsionándola abruptamente hallamos una variable infernal, que es la humedad. Nadie repara en ella, en el tiempo de la tele ni se menta, y es capital. Sobre todo en primavera y otoño. En el monte orbita entre el 20 y el 60%, y en la costa entre el 50% y el 90% (en ausencia de lluvia). Luego establezco que es más dañino en la costa, si bien afecta también el continente. Similarmente he trazado zonas de control:
Por debajo de 60% verde
61-65% amarillo
66-70% ambar
Más de 70% rojo.

Desde las tormentas de finales de Agosto pasado raramente hemos bajado del 70% en la zona urbana de BCN.
A lo largo del día suele trazar una Gaussiana convencional donde empieza a empinarse suavemente sobre las 3pm, se radicaliza el pendiente hacia el anochecer, alcanza máximos sobre las 4am, y desde ahí empieza a bajar hasta las 3pm en que empezará un nuevo repunte.

Ignoro porqué afecta tanto pero lo tengo híper-validado como fenómeno. Yo creo que hay una vertiente Maslowiana al problema, sobre la que he conjeturado abundantemente.
Uno de los elementos que contribuyen a la mala folla según mis tesis es la humedad omnipresente que nos impacta de forma directa en pequeñas cosas. En mi caso, salir de la ducha y que al secarme la toalla esté húmeda es un tema que me irrita. Las toallas apenas se secan marginalmente de un día para otro y ahora en entre-tiempo no se pueden dejar sobre un radiador. O sí pero está apagado.
El hecho es que la toalla está húmeda y esto resulta desagradable. Luego saco la ropa del armario y huele a húmedo aunque la doblara (alguien, obviamente) la noche anterior. Huele a piso de solteros a pesar de estar nueva.

En definitiva: hace 8 minutos que he salido de la ducha y me noto sucio. Esto creo yo que impacta mucho el estado de ánimo (recordemos que normalmente no nos duchamos por estar sucios ni por no apestar sino porqué psicológicamente nos incomoda no ducharnos, sin que exista un motivo objetivamente claro para ello). Luego los cristales del coche empañados, el volante enganchoso, y esa sensación de manos y frente aceitosas tan frecuente en Barcelona capital.

Estas pequeñas cosas afectan en menor o mayor medida a cada uno, claro está, pero en el agregado de millones de tíos, una pequeña divergencia sobre las expectativas básicas de higiene crea cierta desazón, impaciencia, y ulterior malafollismo.

Si alguien ha detectado variables adicionales al fenómeno que nos lo haga saber. Gracias.

martes, 22 de octubre de 2013

"Liberar a alguien del dolor"

La discusión sobre la ‘Doctrina Parot’ me está entusiasmando pues demuestra con claridad porqué la gente es tan anormal, en particular los españoles.
Y, por qué no decirlo, tan perdedores: “que si en Estrasburgo son unos hijos de puta” que si tal, nunca viendo la viga en el propio ojo.

Lo que sepan poco o nada de leyes sabrán de sobra que el principio de irretroactividad se basa en …miren, casi que copio y pego:
“En Derecho penal rige el principio de irretroactividad, que busca proteger a los ciudadanos de que se les pueda sancionar a posteriori por un acto que cuando fue realizado no estaba prohibido.
Dicha irretroactividad, sin embargo, no es absoluta, ya que sólo afecta a aquellas normas que perjudiquen al imputado, acusado o condenado, pero no a aquellas que le beneficien.”

O sea: si cambia la ley y el delito fue cometido antes del cambio, sólo se aplicará la ley nueva si beneficia al sujeto pasivo (aka el criminal).
En el caso Parot, expediente a la sazón creador de jurisprudencia (por provenir la sentencia del Supremo), concurria obviamente una violación de ese principio.
Esto es obvio, y lo obvio es obvio.

La ley, sepan ustedes que contempla un día de redención por cada dos días de trabajo –también por estudios en la cárcel– y estos días son descontados del máximo legal que una persona puede estar en prisión en España, es decir, 30.
Aquí hay diversas cosas que patinan, empezaremos por el final:
1.       Un tope de 30 años significa que para el criminal es indiferente matar a 1 que a 8 que a 80. Una Ley que no contemple el principio de proporcionalidad es una ley defectuosa. Si una botella de vino cuesta lo mismo que 8 o 80, tengo incentivo a entrar en la tienda y pedir 80. La ley incentiva comportamientos dañinos y eso es atroz.
2.       Un día de ‘redención’ por cada dos de trabajo representa que si el recluso no hostia a nadie y hace ganchillo Martes y Jueves de 10 a 12 sale en 20 tacos. Habiendo matado a sabe-Dios cuanta gente. Una ley que proteja al criminal y le empuje de nuevo a la calle es defectuosa.
3.       En tercer lugar, se habla de ‘redención’.
      Definición: La redención es el resultado de redimir.
·         Liberar a alguien del dolor o de una mala situación.
·         Volver a adquirir algo que se había perdido.

La ley menciona el hecho de liberar a alguien de dolor o de una mala situación y de que recupere algo que había perdido. Hay que pisárselos para alcanzar tamaño grado de cinismo. El fin re-insertivo de la Ley española es algo que me mortifica. ¿Cómo podemos re-insertar a un tío que ha matado a otros? Es como intentar que un perro hable. Un animal es un animal y por ende es irreinserible. Ítem más: aunque pudiéramos re-inserirles, ¿deberíamos? ¿Es correcto el perdón para gente que ha cometido atrocidades en plena posesión de sus facultades? Yo tengo mi postura y cada cual la suya, pero me cuesta respetar a alguien suficientemente imbécil como para abogar por re-inserir a un animal de esos.

El fallo de Estrasburgo se ajusta a derecho plenamente (y el Supremo sabía que su fallo era sólido como un palillo chino), por lo cual, a joderse.
A nadie gusta. Correcto. Pues cambiemos la ley.

Es tan rematadamente fácil como cambiar la ley.

lunes, 21 de octubre de 2013

Tenía una carrera ayer, mi primera, una 10k

El Miércoles de hace dos semanas, haciendo mi personal best (55:34) me descojoné de gravedad.
Tras 10 días de antiinflamatorios y reposo, el Viernes pasado salí a probarme para ver si se podría obrar el milagro y tomar la salida.
Un inicio titubeante dio lugar a una recaída manifiesta y para cuando di la vuelta ya era tarde y estaba enroscado de dolor en una acera a 1.6Km de casa.

Y lo clásico. Llamo a mi santa para que venga a finalizar el arrastre y ni puto caso. Móvil, Casa, Móvil, Móvil, Casa, Casa…. Hasta 12 o 15 llamadas hice, ninguna respuesta.
Descojonado inicié el durísimo camino de retorno, ya de noche, caminando como un zombi –literalmente.
Se desencadenó durante esta fase un brote depresivo mayúsculo –que perdura a día de hoy- y mientras arrastraba una pierna pasé por delante de un estanco.
Había una tía de esas de Nobel que intentan colocarte historias. Entré, sudado, con las gafas de sol en la cocorota y los auriculares colgando, y le pedí un piti.

Risueña y animosa, sorprendida por la estampa del típico runner Dominguero venido abajo, me ofreció un paquete con un mechero. Le dije que qué se había creído, que yo había dejado de fumar hacía ya 3 años y medio, y que no tenía intención alguna de recaer.
Que me diera sólo un piti. Cariñosa, sacó uno de un paquete, me lo tendió con lubricidad, se lo agradecí y me fui.
A renglón seguido de la calle había una terracita.

Me senté, salió el tío y fui traslúcido:
“Mire, me acabo de lesionar de gravedad. Mi mujer no me coge el teléfono y así no puedo caminar hasta mi casa que está a tomar por culo. No llevo cartera y estoy hundido. Tenga la bondad de servirme una jarra bien grande y fría que no le pagaré”
Como si fuera una circunstancia habitual –extremo que desconozco- y sin mediar gesto de empatía ni nada, me la trajo.
Me encendí el piti (no sin arrepentirme de no haberme llevado todo el paquete de Nobel para fumármelo entero ahí mismo) y me soplé la pinta.
Mi depresión no hizo sino crecer, acompañada de un odio casi violenciadegenérico hacia mi mujer, a quien quería –no sin merecimiento- arrancar la cabeza a patadas.
Llamé 4 o 11 veces más y ni caso. Ya sólo me quedaba ir de putas o encocarme para castigarme a mí mismo, a mi mujer, a la sociedad, y a la salud que tan injustamente me habia tratado.

Al rato me levanté y seguí haciendo el pena hasta casa, dónde entré y vi que ahí estaba todo Dios ignorando las llamadas telefónicas cómo si tal cosa, circunstancia para nada deshabitual. Hubo un follón serio pero no la agredí.

Y el Domingo no pude salir. La vida tras los 40 te pega cornadas difíciles de digerir.

jueves, 17 de octubre de 2013

No me apetece dar mi IRPF a un puto extremeño

El tema de la hipotética/potencial independencia de Cataluña tiene muchos ángulos y ya se han trillado todos: desde el histórico al afectivo, pasando por el solidario, el constitucional, el racial o el económico. No entraré a ofrecer mi posición, que a nadie importa.

Sí es cierto que quiero ofrecer una óptica que en cierta manera desmenuza conceptos que normalmente vienen cogidos de la mano. En definitiva, y bajo una simplista interpretación, hay un hecho claro: unos ciudadanos aportan mucho más que otros, y esos otros, parecen cómodos con la situación. Además, lejos de mostrar agradecimiento consideran esto un derecho adquirido y presentan políticas de gasto público ofensivas para los que contribuyen.

Madrid, Baleares y Catalunya esencialmente, contribuyen extraordinariamente al bote. Los receptores netos –todo el resto- consideran el subsidio y la limosna algo que merecen. Curiosamente –o no-, Madrid y Baleares no se rebelan contra este hecho, y antes de intentar re-edificar un país donde la mayoría no dé por hecho vivir del subsidio, prefieren tomar el bando de ‘los receptores netos’.

Similarmente, y por motivos histórico-idiosincráticos, la España del terruño ha mostrado cuando menos indiferencia y a menudo gratitud para con los aportadores netos excepto para con Cataluña. Este es un tema no-menor, pues el principio de solidaridad –deseable sin duda- debe hallar reciprocidad en términos de afectividad. No estaré inclinado a dar pasta para salir a mi hija si me insulta y me maltrata, no me apetecerá darle la VISA a mi señora si se acuesta con otro, y no me apetece dar mi IRPF a un puto extremeño que ofende mi moderada inteligencia semana sí semana no.

Probablemente la clave del asunto, al menos para mí, yazca en la pésima gestión de la afectividad, el agradecimiento y la dignidad que España ha demostrado para con Catalunya. De haber mediado algo de inteligencia (algún día tendrá que debutar España en ese terreno) ni habrían insultado ni exprimido de tan mala manera a Catalunya, Baleares y Madrid.

Que luego estos últimos hayan usado la legítima queja catalana para intentar pisotearles ha sido un error de calado, y que los limosneados se rían de los que andamos asfixiados con tipos de IRPF confiscatorios con columpiadas de gasto público y tributación grotescas no está ayudando. Entiendo el tema ya, más que cómo un tema económico o racial, cómo un tema de honor. Yo no quiero, nunca, dar un puto clavo a quien me insulta, ultraja, y abusa de mí.

Me da ya igual ganar o perder pasta con la escisión, lo que me mortifica es ser un cornudo y pagar la cama.

miércoles, 16 de octubre de 2013

El embrujo de la raya

Los cocainómanos, que me consta que son legión en este blog, conocen bien el tema.
Pero me refería a otra cosa: al aliviante, balsámico y rejuvenecedor efecto sobre la psique humana del primer gran rayote en la pantalla del móvil.

Porqué cuando comparamos móviles miramos los núcleos, que si Exynos o Snapdragon, que si RAMs y megapíseles, cederrón o no, pero lo que realmente te da un bienestar acojonante es meterle finalmente la gran rayada que hace que te olvides de una puta vez de tratarlo como si fuera de azúcar.

La grandiosa y liberadora puta rayada de cojones, ese instante iniciático dónde el móvil pasa de niña a mujer y nuestra relación madura: pasa de ser un interminable reguero de agasajos, de caricias, de protectores de pantalla y fundas coloristas a una descarnada relación sexual dónde no hay espacio para las velas y el Möet: el móvil es así utilizado como un objeto por el dueño, lo que no es sino la forma más sincera y carnal de amor.

Lo llevas a la playa, lo tiras desde 2 metros a la toalla, lo dropas despreciativamente en las mesas de los bares, lo mueles a palos, y, finalmente, entiendes que el amor verdadero nace de la aceptación de los déficits de los demás. Toleras que la pantalla SuperAMOLED HD 1080 quede diluida bajo una macro-roncha de cerumen, sebo, y mierda genérica, y ni te preocupan las bolas de mocos que tu hijo de 2 años estampa sobre el cristal mientras juega con esos programas de hostiar gatos y tal. Un móvil de última generación tratado como puta por rastrojo; placer.
Cuando superas el trauma inicial, no puedes sino quererlo más que antes.

Y ese trauma inicial no es una experiencia fácil de digerir. Un atronador redoble de tambores marca los prolegómenos de una retahíla de blasfemias extraordinaria tras establecer por primera vez contacto visual con la grotesca rayada. No queda figura del santoral exenta de recibir fecales afrentas, y si el rayador ha sido un tercero, no cabe descartar la agresión física. Es casi como si te dijeran que has perdido un ojo, un evento dramatiquísimo.

Pero tras el shock inicial, lentamente (los humanos como los perros nos terminamos acostumbrando a todo), empezamos a ser capaces de perdonar la traición. Cada cual lo madura a su manera; yo personalmente suelo interpretar las rayadas como una venganza del teléfono hacia mí por haber hecho algo malo.
Pero termino perdonando. Y él a mí.

Y es entonces cuando la fase más fructífera de nuestra relación empieza: los vuelos rasos, los aterrizajes sonoros, el pasarlo a la gente vía aérea, y el desprenderse del corsé de la sobre-protección: que se joda. Además, con la excusa del rayote, podemos empezar a conspirar en pos del próximo terminal, que es en definitiva lo que más nos gusta y lo que abruptamente terminó el día que estúpidamente adquirimos el último terminal.

Liberados y con la mirada puesta en el futuro, convivimos con la raya felices como Sinatra, sonrientes como Maradona.
Hagámoslo, rayémoslos tan sólo sacarlos de la caja, liberémonos para siempre de la esclavitud a la que nos someten.

martes, 15 de octubre de 2013

Ver cosas que otros no ven o no ver cosas que otros ven

Habrán advertido que las feas, sobre todo las que además son gordas, tienen una actitud muy negativa.
Malhumoradas, displicentes, arrogantes, secas, cortantes, amargadas.

Trazo el siguiente fluir causa-efecto: Entiendo que al ser feas no consuman el apareamiento con la frecuencia preceptiva, a resultas de lo cual se les agria el ánimo, lo que redunda en una actitud culébrica que genera un mayor rechazo, lo que se transforma en un notable incremento de la improbabilidad de cópula, lo que nos lleva al inicio del enunciado de manera buclear.

Simpatizo con ellas; entiendo que ser fea es un contratiempo relevante, que la cópula es una actividad edificante, y que la ausencia de la misma es todo menos vigorizante. Ahora bien: con esas actitudes mourinhescas, dónde la culpa es del mundo y me cago en él, poco lograrán revertir ese bucle masturbatorio y solitario del que son presas.

Una chica feílla, fea o feúza, si tiene gancho, simpatía, humanidad, humor, talante y tal, puede terminar resultando incluso atractiva. Sí, leen bien. Yo mismo, antes de la embolia, llegué a experimentar cierta atracción -llegando incluso a mediar falta grave o delito-, con féminas poco dotadas físicamente. Hay veces que si te abduce una personalidad agradable, puedes llegar a ver cosas que otros no ven o no ver cosas que otros ven, qué más da. La taja ayuda, claro está, pero el embrujo, la magia, y el talante, pueden ayudar a crear y transformar ocasiones de gol que con una actitud huraña jamás llegarían a materializarse.

Es por ello, gordas agrias amargadas, que os aconsejo, desde el guardiolismo más constructivo, que abandonéis esas miradas condescendientes y esos remarks zorriles a todas horas e intentéis trabajar en pos de los tres puntos de manera constructiva.

¿O preferís vestir a JJ Santos?

jueves, 3 de octubre de 2013

Tengo un perro y un blog

Soy particularmente hostil a la publicidad subliminal, las triquiñuelas del marketing, el olor a croissant artificial de las panaderías y la música taquicárdica de los Zaras.
Me ofende que me intenten manipular sub-conscientemente; soy tremendamente consciente del intento y me solivianta.

En ese sentido debo denunciar el ya manido, cansino y pueril intento de las series de TV de ir sacando opening titles y títulos de crédito hasta el minuto 15 (de 42). Creen que así uno que llegue tarde se enganchará igualmente, dando pie así a esa errónea e inconsciente asociación de ideas que traza opening titles a los dos primeros minutos del episodio. Paradigma de ese lamentable intento son series cómo ‘Sons of Anarchy’, dónde van saliendo nombrecitos a pie de pantalla hasta medio episodio.

No es la única afrenta, pero sí la más prominente. Igualmente relevante es el vacuo, inútil, ofensivo e irritantísimo esfuerzo de Raül Llimós (aka ‘Llasti’) en hacer colar cómo ‘Titulares del día’ (con esa músiquita de fondo así estresante) un amalgama de futilidades hasta más allá del minuto 18 de su programa ‘Primer Toc’ de RAC1. Esa música cree él que remite a la urgencia de los titulares para atrapar a la audiencia pero yo lo veo diferente.

Similar fórmula aplica Basté, por las mañanas creo que alrededor de las 8. Tiene cómo un ritmo de batera muy sincopado, con algunos contratiempos y un tempo muy vivo, sin música, que martillea durante unos 15 minutos cada día. No sé de qué sección se trata pero sí sé que el inconsciente lo procesa como headline news.

A todo esto: hoy en CatRadio a las 08:30 y en riguroso directo: entrevista –asumo que de 1 o 2h- con Herrera, el violinista pajolero de IC-EV; a eso de las 09:00 en RAC1, entrevista con Bótox-Camacho.
Cada vez que pongo la radio por la mañana hay tertulia política o entrevista con un mediocre-arribista político. ¿No hay más dónde elegir? ¿Una mujer que ayude a discapacitados, un tío de Llavaneres que haya subido un ochomil, un empresariete que a pesar de perder dinero se niega a despedir a sus 8 empleados (ya amigos), o algún tío de 23 tacos de la UAB que ha descubierto una célula que tal? ¿Realmente no hay NADIE interesante a quien poner delante del micro?

Me ofrezco a sentarme delante del micro y durante 1 hora contar a la millonaria audiencia que tengo un blog, un perro, que trabajo de burócrata, que antes jugaba a golf pero me hice pupa, que los fines de semana hago esto, y que en la Liga Escolar durante los 80 gané el pichichi dos años seguidos.
Nítidamente más interesante que lo otro.


Les dejo, adiós.

miércoles, 2 de octubre de 2013

F*R*E*A*K

Ya sé que cada loco con su hacha y  que cada cual tiene sus cosas. Hoy me apetece contarles una mía.
Hoy quiero detallarles cuanto ha mejorado mi día a día, hora a hora, tener un reloj inteligente.
Seguramente no les interesen ni los relojes ni la tecnología, pero echar un vistazo a esto quizá les haga pensar un poco. Son 40 segundos de explicación.

Amén de ver la hora, cuando miro la pantalla (sin apretar ningún botón ni navegar ningún intrincado menú) veo:
-Hora, día y mes. Como todo el mundo
-Llamadas perdidas

-Nivel de bateria DEL MOVIL
-SMSs recibidos
-Las próximas 3 citas de mi calendario (podría poner hasta 12).
-Último mensaje recibido (email, Whatsapp, SMS CUALQUIER TIPO DE MENSAJE). No un aviso, sino EL MENSAJE.
-Ubicación real, temperatura actual, humedad relativa, salida de sol, puesta de sol.


Todo esto para mí es importante. Para otros no, y para ello la pantalla principal del reloj es plenamente configurable. Como si te metes una foto del gato.


Además de esto, que no es poco, cada mensaje o llamada me aparece en la pantalla del reloj, ENTERO, durante un tiempo limitado. Puedo coger llamadas, poner el teléfono en altavoz y tener una conversación sin sacar el teléfono del bolsillo o del soporte del coche.
Uséase: que además de lo obvio de las ventajas que detallo, dilato la vida de la batería en porcentajes enormes al no tener que estar sacando el móvil del bolsillo, desbloqueando la pantalla, y mirando la notificación cada vez (ay, esos grupos de Whatsapp…).

No me lo quito nunca. Me ducho con él, me baño con él, no me separo de él. Friego platos, riego, buceo, todo. Además cuando me ducho también lo enjabono con lo cual no se acumula sarro de sudor en las juntas de la correa. Perfumadito incluso al aloe vera.

Hay además otras ventajas absolutamente avasalladoras: cuando estoy en posesión del teléfono está siempre en silencio sepulcral y me manda los mensajes que yo quiera (plenamente configurable) al peluco. Si me separo de él recupera los volúmenes y ajustes de vibración. Así no molesto a los demás con mis piticlines si estoy cerca del teléfono.

Además, y esto es notabilísimo, muchos de nosotros tenemos códigos de desbloqueo de pantalla, contraseñas o patrones de esos para que si perdemos el móvil no nos la líen (a menudo impuestos por al administrador del servidor Exchange corporativo). Pues bien: cuando el teléfono obra en mi poder, el reloj anula la necesidad de entrar código de desbloqueo. Si me lo dejo en el bar y me alejo 20 metros, se activa automáticamente. Para mí no tiene código, para un ladrón o intruso sí.

Ni les aburro con el display de datos en tiempo real con el Runkeeper, que puedo avanzar o retrasar las canciones del reproductor de música, ni los cronómetros o las alarmas.

Todo esto parecen tonterías, claro. Acostúmbrense a ello una semana y ya me contarán ustedes cómo se las apañan luego sin ello. Palabra.

La verdadera historia de la rivalidad Barça-Madrid

Seré conciso. H ay cientos de libros que cuentan esto en 400 páginas. Yo lo he hecho en dos, o sea que las gracias me tendríais que dar, ing...