miércoles, 3 de diciembre de 2014

TODOS SOMOS SEGURATAS DOMINICANOS

Otro día, también en el resort dominicano, ocurrió algo bastante interesante y que demuestra que hay gente brillante aún.
Pocos pero algunos. El follonero es uno de ellos.

La noche esa de la taja en la playa (ver post anterior), uno de la comitiva catalana perdió las gafas. Dado el estado general, se dio cuenta al día siguiente y cada segurata que veíamos era interpelado alrededor del tema de si había encontrado las gafas. Todos que no hasta que uno que sí. Albrícias.

El que las había perdido las agarró, dio las gracias 12 veces al segurata, y se largó. El salvador esperaba algo de virolla, y aun con un gesto torcido, siguió con su ronda.
Le señalamos al de las gafas que era preceptivo y buenacostúmbrico untar un poco al dominicano. Aún con un gesto desaprobatorio, accedió al untaje en cuanto le volviera a ver.

Efeméride que se produjo por la noche, a eso de la una, cerca –extrañamente- de una barra. Fue ahí el dominicano uniformado y el otro le soltó un tanto, un fajillo, ni idea de cuánto, digamos que 10.
Y es ahí donde otro del grupo, el follonero, brillante él, vió la luz: en cuanto se alejó el segurata fue tras él y le ofreció 30 por hacerse el encontradizo con el de las gafas –de nuevo.
Y así fue: empezó el segurata a rodear al de las gafas así a lo tonto, con las manos en los bolsillos, y Gafas que se iba incomodando.
Sale el follonero y le susurra al oído a Gafas: “No le has dado suficiente; hasta que no pagues más no te va a soltar”.
Y Gafas que se iba incomodando, Prosegur que iba pivotando sobre el área, y nosotros desovados.

Al tiempo va Gafas y le suelta un segundo fajo, ante lo cual Prosegur se acerca con sigilo al follonero para dar por concluido el operativo, ante lo cual Follonero le da 50 para que le atosigue 10 minutos más, evento que se materializa; Gafas realmente angustiado, el segurata dándole conversación con gran determinación y trazando envolventes, y nosotros literalmente llorando.
Hasta una tercera vez se repitió el ritual, y créanme que eso fue algo muy remarcable.

Si uno fuera realmente bueno escribiendo, seguro que hubiera podido hacer llegar esta historia de la manera que merece, porqué fue un momento pivotal de mi existencia; creo que no he terminado de saber transmitir/reconstruir la jugada pero espero que al menos se haya entendido.

En cualquier caso, más allá de la comicidad intrínseca, la anécdota del otro día y la de hoy reflejan la espumosa relación entre necesidad y opulencia (todos somos opulentos en repúblicas bananeras). La pasta, y cuan más necesitado este uno más pirotécnicamente se manifiesta, es un poderoso manipulador de conductas y, en resumen, lo compra TODO.

Sin darnos cuenta nosotros mismos, cada día, en mil cosas, somos cómo esos pobres seguratas del resort dominicano. Hacemos, deshacemos, planificamos y arriesgamos en virtud de la recompensa del sistema, un sistema que –si pudierais verlo desde fuera cómo yo- os revolvería el estómago por su perversión.


Cordial abrazo.

6 comentarios:

Ant. dijo...

Jo també vaig passar unes vacances a RD. Una setmana en plan aventura i una altra en plan resort (també erem un grup de tíos, tot i que normalment és un lloc per recent casats en viatge de noces).

Tant als resorts com fora d'ells, efectivament, el que mana és la pasta que deixes anar. I això serveix per tot, tant pels tíos a qui vols comprar per una determinada acció (no em refereixo al sexe) com a les tíes (sí, en aquest cas em refereixo al sexe). No cal que et follis a una puta. Et pots fer a una dominicana qualsevol si portes prou diners.

Un tío blanc amb pasta (especialment si portes US$), és el rei del mambo. A RD i en general a tot Centre Amèrica.
Això és el que hem fet sempre els nordamericans i els europeus.
Nosaltres només volíem diversió i no vam passar d'aquí, però si algú amb pasta va amb males intencions, pot aconseguir el que vulgui.

Ant.

oscarini dijo...

yo un dia fuí a Calafell... truestori

Anónimo dijo...

Quin filldeputa el follonero

Rai

General Fórceps dijo...

Com diu algú, TTPP. Com dèiem ahir, tots i totes tenim un preu. Allà més baix, però al cap i a la fi tots en tenim un.

El món que deixem als nostres fills.

joancinho1972 dijo...

Una bona colla de cabronets, veig. Ara, vostè fa tota la pinta de ser l'alter ego del follonero...

Putas no faltan, lo que faltan son finansistas, deien a una peli.

Salut!

Anónimo dijo...

Dime una sola cosa en esta vida que no se pueda negociar.



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