martes, 30 de abril de 2013

I could have been ...elsewhere... (y V)


El campo de Crail Balcomie es el séptimo más antiguo del mundo. Sus estilizadas lomas se desvanecen hacia los acantilados del Mar del Norte ofreciendo al ávido golfista recreacional blah-blah-blah.
Ya sé que os importa un huevo todo. Dicho esto, y de manera insorprendente, la previsión del tiempo volvió a acertar. Lluvia a mares, ventisca, entre 5 y 6 grados, día de perros.


Impermeables al sentido común, tee del 1.
Del 2.
Del 3. ‘Ahora ya llueve fuerte, eh?’ Uno que abandona y se va a la casa club (el viejo de la patraña en la Casa Club de St. Andrews el segundo día).


Del 4. ‘Mi putabida’
Del 5. Miradas y silencio. Nos cobijamos en una caseta a tal fin destinada frente al océano. 


Del 6. Llevo ya 1h bajo la lluvia. Los otros dos llevan paraguas, chaquetas anti-lluvia de €300, guante de lluvia, y van secando los palos tras jugar y los vuelven a tapar. Yo, cómo cavazanjas que soy, hago lo que puedo. Llevo los pantalones completamente pegados a las piernas de lo encharcados que están, el guante están tan mojado que casi que me perjudica, y se me van helando las manos a marchas forzadas.

Del 7. Empiezan los temblores. La ventisca es gélida. Desde el 6 que no doy una.

Del 8. ‘Guys, gotta go’. Enfilo hacia la casa club con las manos tan heladas que intento meter una en el bolsillo y el meñique, insensible completamente, me lo impide; se queda enganchado y en los 15 minutos que tardo en alcanzar la Casa Club no logro meterlo. Chubasqueado, asqueado, congelado y literalmente xop como si me hubiera tirado vestido a la piscina, me vienen a la cabeza docus amañados del Discovery Channel con tíos que casi mueren congelados aquí o allá. Del revés llegó a la casa club.


Me quito 3 de las 5 capas de ropa que llevo y confirmo que hasta la última (camiseta Empire) están mojadas. Y la primera era un chubasquero al huso horario. La ventisca ha empujado el agua a través de los poros de todos los tejidos. Blanco, me quito lo que puedo y me ubico a la vora de la calefacción del restaurante dónde me reúno con el viejo cachondo que se está calzando un té.
Pido dos scotchs y nos los zampamos.

El estado de mi scorecard no arroja dudas sobre la que estaba cayendo.

A la hora llegan los dos que faltaban, uno visiblemente magullado. Llegaron hasta el 11. Están hechos trizas. 4 scotchs. Comida y fuera.

Los días restantes hicimos más cosas tales cómo visitar Edimburgo, pero ninguna es de vuestro interés ni del mío.
Así terminó una de las mejores semanas de mi vida.
Gracias por su atención.

5 comentarios:

Edu dijo...

tio...eres el nuevo jj abrams
muy buen inicio y acabas en pim pam pum
me has destrempado para la remuntada de mna
forceps demissio

HRubesch dijo...

entrar congelat al WC per pixar i aquella apretada que et provoca contractura muscular de grau 2 als adductors. Heroi.

Semen-up dijo...

Si aquesta setmana ha estat "una de les millors de la teva vida", no em vull perdre per res del mon quan ens expliquis una de les pitjors...Quedo a l'espera.

Anónimo dijo...

Celebro que esta burguesa serie haya terminado ya.

Viva la lucha de clases, cabrones, estais ganando.


Firmante por Dios.

Anónimo dijo...

Jo també duc sempre xops els pantalons, però per altres motius.

Quin gafe nens. Next time potser millor juliol.

Gran sèrie, i a més ja era hora que els teus lectors s'assebentessin que els teus pares són indis.

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